Fueron los vientos de aquellos momentos,
fueron las telas mas traicioneras,
fueron los ojos hacia la dama,
que al pasar por allí delante,
se le vieron todas las bragas.
Fueron varios los implicados,
que cual pingüinos se coordinaron,
Sumaron fuerzas al compás,
del ritmo de los pasos ligeros,
de aquella carne al andar.
Fueron otros tiempos decían,
pero actualmente no cambia,
el ansía carnal y el mira mira,
el toca toca imaginario,
y la manía obsesiva.
