Súbitamente, a veces escucho,
oigo como tus labios me estremecen,
al moverse al son de tu mente,
pareciendo, con poco dicho, mucho.
A veces firmo en tu mirada,
las sinceras palabras de mi intención,
a veces robo tu condición,
suprimo el silencio por la palabra,
bajo tu alma mi tesón.
Curiosamente lo necesito,
aun creo en verlo tras su pasión,
marchita el tiempo como una flor,
en silencio pido a gritos,
una palabra de tu corazón.
