martes, 24 de marzo de 2009

UNA SOLA VEZ

Aquella noche creí de nuevo en la muerte,
aquella madrugada de llanto,
disgusto de mi contento,
revuelto de mala suerte,
matanza de todos mis sueños.

Volvió la luz tras el descanso,
revolución de la dispersión,
de nuevo, una esperanza trepando,
rúbrica de aquel amor,
del imán que perseguía mi espanto.

Astronómico renacer de chispas,
estrelladas las miradas en los ojos,
de la distancia poco a poco,
arrastrados por la brisa,
desaparecen los restos de mi corazon roto.

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